domingo, 10 de junio de 2012


Un poco de historia del Partenón original:

 El Partenón es el monumento más importante de la civilización griega antigua y se le considera como una de las más bellas obras arquitectónicas de la humanidad, además de por representar en arquitectura una unión casi perfecta de matemáticas y geometría, consiguiendo que al mirar de frente a un edificio tan inmenso para la época, este no se deformara visualmente, creando el efecto visual perfecto.








Reemplazó un templo anterior en el mismo emplazamiento, conocido como el Pre-Partenón (Hecatonpedón, que medía lago más de 30 metros), construido antes de las Guerras Médicas, y destruido por los persas hacia el año 480-479 A.c.

La construcción del monumento, realizada casi exclusivamente en mármol blanco del Pentélico, fue iniciada por Pericles y se desarrolló entre los años 447 y 432 A.c. Los arquitectos encargados de la obra fueron Ictino y Calícrates y estuvieron, en la mayoría de los casos dirigidos y colaborando con el famoso escultor ateniense Fidias, autor de la decoración escultórica y de la gran estatua de Atenea en oro y marfil (situada como pieza central del templo que medía 12 metros de altura y para su elaboración se necesitaron 1.200 kilogramos de oro).

La fachada occidental del Partenón está conservada relativamente intacta. La decoración escultórica del Partenón es una combinación única de las metopas (esculpidas en bajorrelieve extendiéndose por los cuatro lados externos del templo), los tímpanos (rellenando los espacios triangulares de cada frontón) y el friso (esculpido en alto relieve abarcando los cuatro laterales interiores).

Las metopas representaban la gigantomaquia en el lado del este, la amazonomaquia en el oeste, la centauromaquia en el sur, y escenas de la guerra de Troya en el norte. Cada tímpano del templo tenía una escena mitológica: al este, sobre la entrada principal del edificio, el nacimiento de Atenea, y al oeste, la lucha entre Atenea y Poseidón por el patrocinio de la ciudad de Atenas. El friso constituía la representación de la procesión de las Panateneas, el festival religioso más importante de Atenas antigua. La escena se desarrolla a lo largo de los cuatro lados del edificio e incluye figuras de dioses, bestias y de unos 360 seres humanos.
La cella (cámara interior) del este estaba dedicada a Atenea Polías (protectora de la ciudad), y la cella del oeste estaba dedicada a Atenea Párthenos, “la virgen”, por lo cual todo el edificio acabó siendo conocido como el Partenón. Las diversas partes del templo estaban pintadas de colores vivos.

El Partenón conservó su carácter religioso en los siglos siguientes y fue convertido en una iglesia bizantina, una iglesia latina y una mezquita musulmana. Pero en 1687, los turcos lo utilizaron como depósito de pólvora durante el sitio veneciano, bajo el mando del almirante Morosini.

Una de las bombas venecianas cayó en el Partenón y causó una enorme explosión que destruyó gran parte de la edificación preservada en buenas condiciones hasta ese entonces.

Lamentablemente, su destrucción no culminó allí, sino a principios de siglo XIX cuando el embajador británico en Constantinopla, el Sr. Elgin decidió quitar la mayor parte de la decoración escultórica del monumento (frisos, metopas, pedimentos), trasladarlas a Inglaterra y venderlas al Museo Británico, en donde todavía se exhiben, siendo una de las colecciones más significativas del museo en la actualidad y que aún reclama la ciudad de Atenas.

Afortunadamente hoy podemos hacer este pequeño viaje en el tiempo si algún día vamos a Tennessee para imaginar como era esta maravilla clásica